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Kombucha de Limón, Fresa y Arándanos: Elixir de recreo 🍋🫐

Actualizado: 25 abr

Hay sabores que nos llevan de la mano a esos días de recreo, cuando todo era más simple, más ruidoso, más dulce. Esta receta de kombucha nació un poco de ahí, de esa nostalgia de las gomitas ácidas que coleccionábamos como tesoros.

Hoy, los invito a darle un giro vivo y burbujeante a esos recuerdos, con esta mezcla vibrante de limón, arándanos y fresas. Abramos frascos, soltemos aromas y dejémonos llevar.


Lo que vamos a necesitar:

  • 2.5 litros de kombucha base (fermentada, pero aún sin llegar a su punto más ácido)

  • 200 gramos de fresas frescas

  • 75 gramos de arándanos

  • 3 limones jugosos

  • 1 frasco de vidrio grande (1 galón)


  • 1 exprimidor sencillo

  • 1 mortero o un cuenco hondo + cuchara de palo

  • 1 embudo para no perder ni una gota

  • 1 colador de malla fina o filtro de leche


Consejo: Para esta receta, prefiero usar kombucha de té verde o una mezcla que incluya más té verde que negro. El sabor más suave y el color dorado dejan que los frutos rojos y el limón canten con luz propia.


El paso a paso:


1. Despierta los frutos

Lava las fresas y los arándanos como quien prepara un ritual sencillo. Corta las fresas en trocitos y, con ayuda de un mortero o una cuchara de palo, aplástalos suavemente hasta formar un puré.

2. Une los mundos

Coloca el puré en el frasco de vidrio grande. Si no tienes uno tan grande, no pasa nada: dos frascos más pequeños también sirven. Lo importante es dejar espacio para que los sabores bailen.

3. Mezcla con burbujas

Vierte tu kombucha sobre el puré. Hazlo despacio, sintiendo cómo la bebida abraza las frutas. Deja que esta mezcla repose entre 12 y 24 horas.

Tip lunar: Cuanto más tiempo le des, más profundo será el abrazo entre las frutas y la kombucha.

4. Un toque de sol

Exprime los limones y añade su jugo fresco a la mezcla. El limón le dará ese brillo chispeante que hará vibrar tus papilas como cuando probabas por primera vez una gomita ácida.

5. Embotella la alegría

Cuela la mezcla para retirar los restos de fruta y embotella en frascos herméticos, dejando siempre un pequeño espacio en la parte superior para que el gas se forme sin tensiones.

6. Deja que el espíritu burbujee

Deja fermentar las botellas a temperatura ambiente de 2 a 3 días. Este es el momento en que la magia sucede: el gas se forma, la acidez se afina, y la bebida se convierte en un pequeño estallido de vida líquida.

7. Enfría tus burbujas

Una vez listas, guarda las botellas en la refrigeradora. La kombucha fría no sólo conserva mejor su carácter, sino que la hace aún más irresistible.


Rendimiento: Aproximadamente 3 litros —o unas 8 botellas de 365 ml listas para compartir (o guardar como tesoros personales).



Un último sorbo..

Fermentar es viajar sin moverse, es abrir puertas invisibles a recuerdos, a sabores, a nuevos pequeños universos.

Esta kombucha de limón y arándanos es una celebración de esa libertad: dulce, ácida, juguetona.

Espero que te animes a prepararla, a compartirla, y a brindar con ella por todo lo vivo que hay dentro tuyo.


Cada viaje, cada sabor, cada historia... empieza con una fermentación.

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