top of page

Helado de kéfir con fresas: el postre probiótico del verano 🌿

Hay días en los que el verano te pide algo más que un vaso de kombucha bien fría. Te pide un postre. Algo cremoso, vibrante, fresco. Y si además está lleno de probióticos naturales, mejor todavía. Por eso hoy quiero compartir una receta que nació en mi cocina una tarde calurosa, con una canasta de fresas frescas y un frasco de kéfir burbujeante que me guiñaba el ojo desde la refrigeradora.


El resultado: un helado de kéfir de leche con fresas que es pura alegría fermentada. Es suave, ligeramente ácido, naturalmente dulce y lleno de vida. Perfecto para esos momentos en los que quieres darte un gusto sin alejarte del camino saludable.


Ingredientes:

  • 2 tazas de fresas frescas (pueden estar congeladas, pero las frescas dan mejor sabor)

  • 2 tazas de kéfir de leche (bien frío)

  • 3 cucharadas de miel o sirope de agave (ajusta al gusto)

  • 1 cucharadita de extracto de vainilla

  • Una pizca de sal

  • (Opcional) Un chorrito de jugo de limón para realzar el sabor


Instrucciones:

  1. Prepara las fresas: Lávalas bien, quítales las hojitas y córtalas en mitades. Si te gusta un helado con textura, reserva unas cuantas para trocearlas al final.

  2. Licúa los ingredientes: En una licuadora o procesadora, mezcla las fresas con el kéfir, la miel, la vainilla y la pizca de sal. Prueba y ajusta el dulzor si lo deseas. Si usas jugo de limón, agrégalo ahora.

  3. Congela: Vierte la mezcla en un molde para helado o un recipiente plano. Si tienes máquina para hacer helados, ¡mejor aún! Si no, congela por 1 hora, revuelve con un tenedor para romper los cristales de hielo, y repite cada 30-45 minutos hasta que tenga una textura cremosa (unas 3 horas en total).

  4. Sirve y disfruta: Puedes decorarlo con trocitos de fresa fresca, hojitas de menta o incluso un chorrito de kombucha frutal por encima.


Un postre que alimenta

Este helado no solo es delicioso. Gracias al kéfir, estás consumiendo probióticos vivos que favorecen tu digestión y bienestar intestinal. Es una forma divertida de incorporar fermentos en la vida cotidiana, especialmente si tienes peques en casa o visitas a las que quieres sorprender.

Y lo mejor: cada cucharada sabe a verano.


¿Te animas a probarlo? Si lo haces, cuéntame cómo te quedó, o etiqueta a @kombuchaperu en tus fotos heladas. ¡Me encantaría ver tus versiones!


Cada viaje, cada sabor, cada historia... empieza con una fermentación.

Commentaires

Noté 0 étoile sur 5.
Pas encore de note

Ajouter une note
bottom of page